Have you ever had the feeling…

Have you ever had the feeling…

Que el mundo comienza a dar vueltas obligándote a correr para mantenerte a ritmo de su rotación. Un paso solamente en cada segundo, para alcanzar el amanecer en un ciento y mil pasos más.

Los pensamientos explotan bruscamente en un instante. Todas las palabras generan un bloque tan sólido como la roca. Tratando de desentrañarlos, las manos se lastiman.

El último golpe no se siente. Enajenado por el calor del mediodía comienza a perderse el hilo del dolor. Mientras el olvido se escucha gritando a lo lejos, para perderse finalmente en el ruido de la indiferencia.

That the world’s gone and left you behind…

Acabarte una botella entera en un solo trago. Sentir el fuego destrozando tus entrañas mientras tu vista se nubla, perdiendo uno a uno los sentidos hasta encontrarte inconsciente.

Masticar un hielo como único alimento en todo el día. Sentir el picante sabor del licor en tu boca mientras se aplaca con un poco de frío. Que el alma se te quema y sólo necesitas algo de frío para salvarla.

El aire en el rostro mientras te fijas en la soledad del camino. Deslumbrado por los faros que ocasionalmente se suceden durante el viaje. Hasta finalmente detenerte y comenzar la travesía a pie hacia el mundo.

No decir una sola palabra, mientras llegas dispuesto a recomenzar el paso perdido unos días atrás. Y recordar sólo su aroma mientras sigues casi flotando.

Las manos duelen. Sangran en ocasiones mientras tratamos de captar cada instante del universo antes de irnos. Moviendo a un lado algunas vidas para hacer lugar a otras.

That you’re that close to losing your mind…

Un vértigo terrible justo antes de desaparecer, con el último recuerdo de quien te espera y no habrás de llegar. Una proyección acelerada hacia la pantalla hasta que todo se mezcla en una sola cortina de niebla que te empapa.

Caminar envuelto en la neblina, viendo sólo unos metros hacia adelante – perdiéndose el camino hacia atrás – mientras sigues tortuosamente las huellas que ha dejado tu plan para el día.

Ser el único silencio cuando hacia otro lado explotas en risas seguidas de juramentos.

Aceptarnos sin condición alguna. Gritar todas las críticas y sonreír con todos los cumplidos. Ver complemento en la diferencia más que distancia.

Olvidar el motivo por el que nos desplazamos sin pausas. Continuar sin un sentido claro, más allá de la inercia de los deseos primarios.

Cerrar la mente para callar la angustia. Cerrar nuestras vidas para acotar la alegría del mundo, a veces tan opulenta, que nos lastima.

Dormir en todo momento con el temor a despertar y encontrarse nuevamente en el centro de la espera, tan impasible, casi estática.

Despegar los párpados y descubrir que no vemos. La noche ha caído nuevamente mientras dormíamos. Seguimos en profunda oscuridad.

La botella continúa vaciándose y aún no llegamos a la tranquilidad. Mente y fuerzas continúan luchando por sacarnos de la vereda. Sólo el alma nos mantiene en curso. Sólo las palabras y el seno materno nos hacen aferrarnos a la vía.

Caminar indescriptiblemente errados en la noche. Con rumbo a ninguna parte. Abstraídos en vanos pensamientos con el único motivo de fatigar el peso de la mente hasta hacernos dormir.

Voltear en cada esquina y descubrir la enorme distancia que aún nos queda del camino.

Jamás voltear hacia atrás para no perderte como parte de un recuerdo. Intentando ser presente – siempre – en todos los demás.

You look around each corner…

Penetrar en sus ojos hasta alcanzar la vena que transporta las respuestas de su vida y sacarlas al aire para que no se diluyan más. Sacarlas a la luz para comprenderlas. Entonar sus notas y de esa forma reconstruirla a cada instante a fin de tenerla por siempre.

Derramar una lágrima –a cuenta de mil dolores – en la nota más aguda del violín, mientras se posan en la frente las imágenes que jamás deben repetirse.

Mientras en la siguiente descansas con los sonidos de la esperanza. Los que rechazabas antes. Los que te parecen hermosos ahora, comprendido que no tienes por qué juzgar antes de sentir.

Sin ganas de sentir más. Con el deseo de apagar el latido del mundo, para hacerte sentir un poco menos todo esto, hasta olvidar, si acaso es posible.

Have you ever had the feeling?

A continuación:

¿Hay respuestas para todo?

¿Hay respuestas para todo?