Me llevaron.
Hablando en términos estrictos, no me llevaron. Pero me desconectaron de ti. Justo cuando buscaba una canción cantable – hay algunas de las que escucho que son verdaderamente indescifrables – se perdió mi conexión. No podía ir a esa hora a pedirle a mi tía que me dejase revisar la conexión – el internet lo tiene ella, aunque no sabe a ciencia cierta qué es :S, yo simplemente aprovecho los recursos disponibles.
Esta vez no me dormí. Y aunque quería regresar a la plática, no me fue posible, así que solo me acosté y seguí pensando. No tenía mucho sueño en verdad. De hecho, luego de que me describiste tu atuendo, se me fue el sueño (¿por qué será?). Una de las ideas que pasaron por mi mente fue hablarte por teléfono, pero hubo un problema que me complicó llevarlo a cabo: no tengo tu número.
La plática sigue girando en torno al oso. Yo digo que no y tú insistes en que sí. Yo digo que tal vez y tú dices que de una vez. Ambos sabemos por qué no [?].
Luego viene el momento de cantar. Cierto que no soy muy entonado, pero cuando es por el chat, parece que fuera el mismísimo Sinatra, y que tú fueras ehh… bueno, no tengo idea de quien canta las canciones que te he escuchado, pero te salen excelentes, sobre todo cuando le quieres besar los ojos.
Pero me gusta tenerte hasta tarde platicando – lo peor viene cuando me quedo dormido luego de afirmar que no estoy cansado y ni tengo sueño – aunque si fuera más temprano sería igualmente agradable (también puedo emplear la palabra igual en otros contextos, no para decir que me da igual cuando se trata de ti, que por cierto, no sé de dónde sacas esa idea).
:(Al momento de escribir esto es tarde, es casi la 1 de la mañana. Así que si deseo comenzar la semana corriendo, debo ir a dormir ya. Trataremos en persona el resto. Si estás de buenas, que creo que conmigo por lo menos no, luego de haberte dejado colgada en la plática por enésima vez, platicamos más.