I
Ahora mismo ausente en cada sentido. Con la distancia entre las manos, nulificada.
A mi mano derecha confío la mayor parte de mis tareas. Con ella escribo, con ella señalo, con ella dirijo. En la izquierda se concentran las tareas de apoyo. Caer a dos manos es síntoma de protección ante la adversidad.
Una mano detiene el tránsito, la otra hace una llamada.
En una hay silencio, potestad sobre la comunicación y las respuestas. En un mar de palabras, casi todas ellas se pierden en la inmensidad. Una respuesta siempre con multitud de significados, una respuesta clara no encontrada en las palabras, sino en los gestos, en el tono, en la distancia de los labios al pronunciar cada sonido, en el ligero movimiento de los ojos que delatan la osadía, en la trayectoria de las manos intentando sujetar algo de la nada, para hacer algo de vacío.
El viento se detiene con la mano compacta y abierta. Se corta la fluidez del agua de la misma manera simulando un hacha que rompe la continuidad del movimiento.
Mientras por otro lado se hacen señales de llamada. Se comunica en todas formas con los dedos, con símbolos en la arena, incluso en un lenguaje de señas críptico.
II
Las ubicaciones son iguales a las actividades.
A veces, cuando pronunciamos una oración, parece que nos faltara la última parte del camino. En un extremo sabemos el lugar de partida. Desconocemos el destino.
Explotamos en innumerables sonrisas y en besos mientras nos embriagamos de alegría. A la vuelta, se eleva en humo luego de la última bocanada.
Y de repente nos encontramos intercambiando tragos con desconocidos. Mientras las lágrimas corren a lejos, luego se secan, finalmente se ocultan.
Sueles correr cuando estás agitada, para revolverte por completo el alma. Para evitar que las palabras te alcancen.
Te lo han dicho otras veces. Eres siempre confusión.
Y te repites insondablemente en períodos regulares. Ahora repites la voz, otras veces, los movimientos. Con esos ademanes apartando y a la vez llamando. Con esa sonrisa que se queda suspendida en la distancia, con una mirada que se esfuma al encontrarse con la luz.