Río

Llegó ese día y tuve que preparar la aventura. Tomar una ruta alterna, y complicada como lo descubriría luego, para no ser visto por nadie más. Tomó más tiempo de lo habitual y me mantuve a la expectativa por si acaso había rostros conocidos.

Finamente llegué a la cita y me dispuse a esperar con nervios. ¿Qué pasará si la descubren? ¿Y si algo impide que salga a esta hora?

Suelo dudar de muchas cosas y pensar en el peor escenario aún en la mejor de las circunstancias.

Pero llegó. Con esa sonrisa de alegría que acostumbra – y algún leve nerviosismo.

Luego de mostrar sorpresa por mi atuendo y mi pequeña maleta colgada a la cintura nos dispusimos a encontrar un lugar adecuado para acomodarnos. Un árbol fue ese lugar – cualquier cosa que permitiera mantener oculta nuestra presencia allí.

Me sentía preocupado por si acaso sospechaban que ella salió para ir ‘allí’, que iba a verme. Creo que sí lo pensaban al menos. Siempre he sido temeroso de no tener bajo control toda la situación. Y aún así, de pensar en que puedo estar haciendo algo malo.

‘¿Por qué tan miedoso?’, eso me han dicho más de una vez. Tal vez no es miedo, sino la premisa de que no es la situación ideal en la que me gustaría encontrarme. Pero la vida siempre es sorpresa, audacia, error también. Sin embargo me rehuso a marcarlo firmemente en mi mente y suelo volver a esa sensación de duda con mucha frecuencia.

Estuvimos junto al río para alejarnos de los demás, pero aún así también alejados del río mismo puesto que le dimos la espalda para evitar que nos juzgara como los otros.

A continuación:

Y encontré solo frío

Y encontré solo frío