Sientes que flotas. Que el aire te penetra, obligándote a imaginar lo que en carne no puedes sentir.
Sientes que miras. Intentas ver a través, y te encuentras con vacío. Te encuentras sola, ante una pared. Te ves intacta, sin sombra, tratando de rememorar el tiempo en que solías aprender de la luz, cuando proyectabas tu imagen sobre el viento.
Te sientes indefensa. Necesitada de cariño y protección. Rodeada de mimos, te envuelves en tus sueños. Acostada, compacta, te encuentras pensando en tus sueños, sintiendo mientras sueñas.
[…] Te ríes de ti. Sé que sonríes aunque no te vea.
Pones muchas imágenes tuyas […] muestras el “hermoso alboroto” de tu cabeza. […]
Sin embargo, tienes razón, a las palabras hay que dotarlas del significado que nosotros preferimos. No importa lo que digan los libros, o la mayoría de las personas, no debemos tener miedo aún cuando parezcamos los únicos en sostener una idea. […]
* […] Omisiones del texto original.