Encontré una paloma dentro de mi cuarto.
Alcé la vista y la vi tratando de escapar, azotándose contra el cristal de la ventana hacia la calle.
La observé durante un momento, acaso por temor a si era la realidad que contemplaba y me parecía una idea ajena a la cotidianidad. O tal vez era un sueño y no tenía caso presionar su desenlace.
Me sentí extraño, preguntándome si había despertado en el mismo cuerpo de ayer o estaba en un lugar lejano, inconcebible, con algunos objetos mezclándose desde mi mundo anterior.
Saqué tímidamente la cabeza y estiré un brazo para abrir la ventana, de manera muy lenta para no asustarla – ¿pasó por mi mente el que pudiese eventualmente atacarme?.
Comienzo a tirar de la ventana para abrirla y en se momento el ave sale inmediatamente por la otra ventana que da al patio.
Dejándome pensativo, estático. Durmiendo aún.