Sutileza viva de imágenes reales
 Perseguida por una mente que anhela rumbos predeterminados para sí.
 Planos que le guían. Sendero marcado con rostros y actos.
Soñar con una mariposa que con sus colmillos desgarra todo ser humano.
 Chapotea con sus venenosas patas en la sangre que brota a chorros de las orejas.
 Mariposas que gritan para no oírse ellas mismas
 Que temen a la oscuridad, mientras la noche las cubre con gruesas sábanas.
 Y en las sábanas, gusanos que devoran las piedras del fundamento de la casa.
Perforan piedra, suelo y alcoba.
Un agujero tremendo en el piso del ropero es ahora escusado para los amigos.
 Yo orino, tú cagas.
 Nuestro centro de porquerías, el ropero. Inundado de desperdicios.
Siempre libertad absoluta y sumisión necesaria.
 Placer y dolor. Sueño y pesadilla.
 Dualidad indeleble de la vida.
Siempre sueños. Más tarde hechos.
 Pero en la noche se dan alas a los durmientes.
 Volar hacia la nada, la intimidad,
 hacia dentro de sí.
Oír el fantástico ritmo del corazón,
 acoplado al de la creación – bruñido espejo inmaterial.
 Todo es imagen. Sueño.
 Frontera traspasada, desconocida. Transformada en recuerdo.
Libertad.
 Garras que no dejan lugar a la conciencia racional.
 Instinto más puro. Motivo.
 Deseo iluminado,
 emergido de los destellos del ojo.
Sueños.
 Manipulación perversa de la mente y los sentidos.
 “Puente entre el mundo, los sentidos y el alma”
 Ritmo original de la creación. Poema.
Poeta.
Búsqueda de la revelación poética.
 Llegada al vasto mundo de señales e imágenes.
 Puente de comunicación el todo y nuestra fantasía.