¿Cómo es que volví a escucharte?
Eras ya silencio para mí.
Sin embargo, nuevamente oí tu voz. Muy lejana. Casi tan apagada como la ausencia de amor en la vida.
Contigo es difícil reconocer la verdad. Eso me inquieta.
Quisiera tener toda la información del mundo. Quisiera saber cuándo mientes y cuándo hablas con la verdad. Quisiera tener la verdad de tus labios en mi mente.
Me había despedido de ti, para siempre. Lo dije en mi último mensaje. Y si en un principio me parecía sumamente difícil de cumplir, ahora mismo lo siento como una liberación, como la inercia que me lleva a olvidar tu ausencia, que me hace indiferente a tu vida.
No espero más llamadas tuyas, igual que no esperaba esa última.
No quiero tratar más contigo. Prefiero el olvido a la crueldad.
Esta charla fuera de tiempo debiera omitirse. Yo no llamaré. Y tampoco espero lo hagas tú nuevamente.
Nuestro tiempo se fue. El tiempo es así, inalcanzable o irreversible.
Nuestro tiempo se ha ido.